La cultura
de cada pueblo está conformada por una amplia diversidad de productos y de
eventos, de representaciones, de ideas y de acciones. La cultura no es solo el
arte y los artistas, sino cada manifestación de los pobladores, pero aquí
habría personas que pueden diferir pues como todo concepto abarcador que
intenta definir algo tan subjetivo como el producto de la actividad humana,
este también se escapa de los límites estrictos de los diccionarios y adquiere,
en cada teórico y experto, un matiz diferente.
Sin
embargo, podemos estar de acuerdo en colocar a las festividades y tradiciones
de un pueblo dentro de lo cultural, nadie podría objetar esta clasificación y
con ella nos quedamos para decir que no hay forma más reconocible de la cultura
de un pueblo que sus fiestas.
México es
un país en el que es posible encontrar una festividad a la vuelta de la
esquina, o por lo menos eso nos contagia el espíritu alegre y la simpatía de
sus habitantes. Los pueblos y ciudades del territorio mexicano encuentran la
forma de celebrar la fe y hasta el mismo dolor, en fiestas que se repiten año
tras año y que sirven también como factor de unión de las comunidades.
Uruapan es
una de las ciudades del estado de Michoacán, donde nos es posible encontrar
numerosas festividades a lo largo del año a través de las cuales conocer parte
de su cultura, sabes qué se festeja para entender en qué o en quién se cree es
una forma de acercarnos al lugar que visitamos, y qué mejor si esa festividad
envuelve bailes, música y la alegría de sus pobladores.
La fiesta en el barrio de San Juan Quemado en
Uruapan (24 de junio) es un ejemplo perfecto y una excusa más que acertada
para conocer Uruapan. Esta festividad se celebra en el barrio llamado San Juan
Bautista, uno de los nueve barrios que conforman el mapa del lugar. “San Juan
Quemado” es el otro nombre del barrio, por el que es conocido y que surgió de
la misma historia pues esta parte de Uruapan
sufrió dos grandes incendios en épocas pasadas.
Los
lugareños se dan cita desde muy temprano en esta fecha tan importante para
festejar a su santo patrono, cantando primero las mañanitas y luego a través de
otras manifestaciones de la cultura como lo es el tradicional desfile de
yuntas. El baile de
mujeres, niños y hombres con sus trajes típicos, peinados adornados con flores
y listones de colores que rodean los sombreros, se hace presente en las calles
gracias a las bandas de música que llegan tocando desde distintos puntos. Las mujeres usan guanengos y vestido de
rollos mientras que los hombres visten calzones y camisas de manta bordada,
trajes que recuerdan la herencia de la cultura purépecha, de los antiguos
pobladores de Uruapan.
En la noche de Michoacan, la fiesta encuentra otra de sus actividades más conocidas y convocantes: la
coronación de la llamada Ireri o princesa purépecha. Las horas más oscuras del
día se presentan como el momento ideal para otro de los atractivos de esta
fiesta: la quema del torito para lo cual rodean a la piñata en forma de este
animal de pirotecnia que luego encienden en una muestra de luces, alegría y
sonido que cierra una jornada festiva repleta de tradiciones de Uruapan, aquellas que permanecen desde
hace tiempo, como señal de la permanencia de las costumbres en una época
marcada por los intercultural, aunque esto también, merezca definiciones que se
nos escapan.
Nuria Esper
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